Declaración de Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO, sobre garantizar la organización sindical libre y la obtención de derechos laborales por medio de la negociación colectiva para los trabajadores en México.
La Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés), la central gremial más grande de EE UU, recibe con agrado la decisión del presidente de México de enviar el Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al Senado de la República para su ratificación.
El Convenio 98 sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, es uno de los ejes internacionales fundamentales para la protección de los trabajadores por medio del establecimiento de sindicatos democráticos que sean libres de interferencia tanto gubernamental como patronal, que puedan negociar colectivamente con sus empleadores, y que posean el derecho a declararse en huelga.
En México, los derechos establecidos por el Convenio 98 han sido negados de una manera sistemática a los trabajadores por medio de una práctica denominada “protección contractual”, la cual ha sido sancionada por el gobierno. Estas protecciones contractuales son acuerdos entre las compañías y los sindicatos dominados por los empleadores, que son firmados sin la participación, y frecuentemente, el conocimiento de los trabajadores. Estos acuerdos laborales falsos son regidos por Juntas Laborales y gobiernos corruptos imparciales. Estas prácticas suprimen las ganancias de los trabajadores en el sector de la manufactura en México hasta en un quinto de lo que ganan sus contrapartes estadounidenses. Así mismo, reducen los salarios de los trabajadores que realizan un trabajo similar en EE UU.
Mientras que ratificar este Convenio es importante, no provee las herramientas para asegurar que los trabajadores puedan ejercitar sus derechos en sus lugares de trabajo. Es por eso que la AFL-CIO y el movimiento de los sindicatos democráticos en México han realizado un llamado para que se promulguen reformas claves tanto en las leyes como en la Constitución mexicana. El movimiento sindical demanda que regulaciones remplacen a las Juntas Laborales con tribunales independientes y que se elimine la práctica de la protección contractual. Si México promulga e implementa estas reformas, las familias de los trabajadores en México se podrán organizar y así negociar por una mejor vida con la seguridad que su gobierno defenderá sus derechos en vez de debilitarlos.
Si México fracasa en la promulgación de estas reformas antes de recibir los beneficios del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), EE UU perderá la influencia clave que necesita para asegurar que los trabajadores en México puedan ejercer los derechos que se le han prometido por más de 20 años bajo el TLCAN. La prosperidad compartida que prometen aquellos que apoyan al TPP simplemente no ocurrirá cuando los derechos laborales sólo son respetados en un documento, en vez de ls lugares de trabajo.
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