Hace veinte años, Canadá, México y Estados Unido firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Al firmar el proyecto de ley que implementa al TLCAN, el Presidente Clinton declaró: “Creo que hemos tomado ahora una decisión que nos permitirá crear un orden económico en el mundo que promoverá más crecimiento, más igualdad, mejor preservación del medio ambiente y una mayor posibilidad de paz en el mundo.” Desafortunadamente, el resultado perdurable del TLCAN ha sido simplemente lo opuesto en los tres países: sueldos estancados, desigualdad en aumento y protección social debilitada.